A partir de la
propuesta de un kirchnerista –se dicho para que se anote que no siempre los que
fundan agendas inútiles son de la oposición- se comenzó a discutir sobre la
pertinencia de la reinstauración del servicio militar obligatorio en nuestro
país.
Más allá del sentido del orden y la dominación que constituyó aquel proyecto originario –argentinizar de un modo castrense a los hijos de inmigrantes ya incorporados a la patria con la escolarización primaria- esta nueva iniciativa pone como sujetos de este servicio militar a los jóvenes que no estudian ni trabajan. O sea a los sospechosos de siempre. A los que paran en las esquinas a tomar cerveza con los amigos, a los negritos, a los que no se incorporan porque no pueden o no les sirve las paupérrimas condiciones de incorporación que les ofrece la economía que se abren para ellos. Piensan en el servicio militar obligatorio para los fieritas, los negritos, los pibes chorros. ¿Piensan en cortarles el pelo, despiojarlos, bañarlos, hacerlos despertar al pedo pero temprano? ¿O acaso los militares serán los maestros que estos jóvenes necesitan, pues lo que “incorpora” es la educación? ¿Qué proyecto hay para estos jóvenes al año de cumplir con el servicio militar? ¿Qué mundo inclusivo se abrirá frente a ellos al finalizar el ciclo?
¿Acaso Mario Ishii o Julio Cobos piensan en sus hijos, sus sobrinos, los educados y bienpensantes hijos de sus amigos y colegas al pensar en el servicio militar obligatorio?No, definitivamente. La propuesta es una cárcel preventiva acuñada por los prejuicios, por la estigmatización, por la propia incapacidad de resolver las situaciones planteadas por los núcleos duros de la pobreza. De eso se trata. De encerrar a los negritos para que no nos afanen a los buenos blancos burgueses.
Más allá del sentido del orden y la dominación que constituyó aquel proyecto originario –argentinizar de un modo castrense a los hijos de inmigrantes ya incorporados a la patria con la escolarización primaria- esta nueva iniciativa pone como sujetos de este servicio militar a los jóvenes que no estudian ni trabajan. O sea a los sospechosos de siempre. A los que paran en las esquinas a tomar cerveza con los amigos, a los negritos, a los que no se incorporan porque no pueden o no les sirve las paupérrimas condiciones de incorporación que les ofrece la economía que se abren para ellos. Piensan en el servicio militar obligatorio para los fieritas, los negritos, los pibes chorros. ¿Piensan en cortarles el pelo, despiojarlos, bañarlos, hacerlos despertar al pedo pero temprano? ¿O acaso los militares serán los maestros que estos jóvenes necesitan, pues lo que “incorpora” es la educación? ¿Qué proyecto hay para estos jóvenes al año de cumplir con el servicio militar? ¿Qué mundo inclusivo se abrirá frente a ellos al finalizar el ciclo?
¿Acaso Mario Ishii o Julio Cobos piensan en sus hijos, sus sobrinos, los educados y bienpensantes hijos de sus amigos y colegas al pensar en el servicio militar obligatorio?No, definitivamente. La propuesta es una cárcel preventiva acuñada por los prejuicios, por la estigmatización, por la propia incapacidad de resolver las situaciones planteadas por los núcleos duros de la pobreza. De eso se trata. De encerrar a los negritos para que no nos afanen a los buenos blancos burgueses.
En esta emisión:
Hoy todo es feria del libro.
Entrevistamos a: Piedad
Bonnett poeta colombiana y autora de Lo que no tiene nombre que acaba de ser
editada en Argentina // Laura Massolo, directora de la recién creada editorial La
letra EME // Rodrigo Rey Rosa, escritor guatemalteco fundamental para
pensar la literatura latinoamericana actual, autor de Severina, Los sordos e Imitación de Guatemala // Rodolfo Braceli, que presenta en la feria su poemario El
último padre que después de 50 años tiene su primer edición bilingüe castellano
– quechua // Edmundo Páz Soldán, escritor boliviano de quien se acaba de
editar Iris su primer novela política fantástica. // Almudena Grandes, explicando de que se trata su proyecto Episodios de una guerra interminable en el cual se enmarca su nueva novela Las tres bodas de ManolitaPedro Brieger actualiza la información sobre Ucrania y nos
explica el “batacazo” en las elecciones panameñas
Buenos Aires en una canción: Pastillas de una ciudad en conflicto
Las música del día son las canciones más cortas del mundo
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