Para este invierno que aun da pelea en Buenos Aires, la
comida de olla es un refugio esencial. Bancarse el frío de las noches porteñas
es más fácil si la reunión de amigos se hace alrededor de una mesa harta en
calorías, vapores y olores.
El puchero, es para nuestro gusto el primero en la fila,
pero también sumaríamos a su potencial abrigo a los guisos de lentejas o
mondongo. Todas estas son comidas que suelen servirse muy bien en los
bodegones. De todos los que podemos citar, y que seguramente mencionaremos en
esta sección, hoy nos acordamos de La Coruña. Emplazado en pleno barrio de
San Telmo, en Bolívar 994, este bar / restaurante conserva su fisonomía y su
filosofía que le dio origen casi cincuenta años atrás.
En su mesa, servida en abundancia, y generosa en sus
precios, se destacan el puchero y los guisos – incluso habrá días en que
encuentren allí una buena paella -. Sin embargo, hay entre los comensales de
“La Coruña” fanáticos de la milanesa a caballo y de las tortillas.
Lugar especial para el encuentro largo y gritón con amigos,
tanto como para invitar extranjeros deseosos de conocer lugares casi
imaginarios, La Coruña es un restaurante típico, incluso ejemplar, si se
pretende saber de que hablamos cuando hablamos de bodegones.
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